Todo se define en el Juzgado correccional nº 2 de la ciudad de Rosario, donde un juez (algo afeminado) pondrá mano dura al crimen, o como suele decir él "Pienso en darle nalgadas a los malhechores".
Todos lo ven imponente al Juez Fernando Pitin, sentado en el juzgado, con su martillo rosa-fucsia, su melena colorada al viento y su olor a Channel nº 5, un tipo duro realmente.
Matías Aghem
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