Freud siempre dejó en claro que nuestro subconsciente era poseedor de nuestros impulsos verdaderos, de eso que realmente queremos hacer pero no podemos, ya que en alguna parte hay como una especie de ente regulador en nuestro cerebro que nos dice esto está bien, esto está mal, esta no es mujer, es un trava, en definitiva es un “yo verdadero” que siempre quiere salir, pero que a veces es mejor dejarlo ahí.
Luego cerró esta conferencia de “Diablo=malo, Dios=bueno” dando un ejemplo de que él siempre imaginó que antes de ser psicólogo iba a ser rock star, pero su sueño se hizo trizas cuando se machuco la mano con el portón de su casa, dejándolo incapacitado para tocar la guitarra. Finalmente concluyo con un “gracias” seguido de un “váyanse a la concha de su hermana doctores de mierda” y acotó “¿vieron? Ese fue mi subconsciente” y se fue caminando y haciendo la gallinita.
Estas actitudes fueron escandalosas en esa época, sin embargo hoy en día muchos psicólogos optan por estos métodos poco ortodoxos pero no por eso menos efectivos, tal es el caso de este sr.
Matias Aghem
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